¿Qué es una imagen?
Por Judith Ritorto
¿ De qué hablamos cuando hablamos de IMÁGENES? Podemos establecer sin rodeo alguno que las IMÁGENES funcionan como conceptos. Si pensamos de qué modo se nos hace tangible el mundo, advertimos que es a través de impresiones, ideas. Estas ideas, estas impresiones no son más que imágenes, conceptos, configuraciones de sentido. Decimos, al igual que lo plantea el empirismo escocés de David Hume: Yo no puedo conocer otro objeto más que el que se manifiesta , en la impresión, la idea, como PRESENCIA, en tanto “presente a mi conciencia”. Si tomamos esta premisa, entonces, la cereza que saboreo no es otra cosa que su propio sabor, la cereza sentida no es otra cosa que el sentir la cereza. Lo que estamos queriendo decir es que son las IMÁGENES, una suerte de vehículo que nos permite enfrentarnos al mundo, a la vida de todos los días, al guardián del cerebro que nos aprieta cuando nos vamos a dormir...O sea no es posible contraponer, separar, el objeto, lo real, la realidad, respecto del sujeto. Esto es relevante para que entendamos que el objeto, aquello se suele entender como “DATO”, es decir, como algo “DADO”, “exterior”, “independiente del sujeto que lo aprehende”, está enraizado en nuestra misma subjetividad, es decir, se construye.
Si la Imagen es el resultado de impresiones, ideas, o sea, es un concepto, la imagen se convierte en el elemento rector del pensamiento, del conocimiento en sus diversas formas en esta forma de ser humanos, en esta sociedad capitalista particular, donde lo visual es un capital simbólico por excelencia. Enseguida se nos viene a la mente, la famosa metáfora estudiada en el CBC, en la materia de semiología, “VER ES CONOCER”. La imagen pasaría a transformarse en una estructura , en este sentido, necesaria,”de derecho”, independiente de la experiencia, sin que esto, quiera decir que no se la haya adquirido en el seno de la experiencia. No. Lo que nos tiene que importar para construir cualquier discurso, y en particular EL RELATO AUDIOVISUAL, es que la imagen a la que nos estamos refiriendo son FORMAS SUBJETIVAS, FUNCIONES O MANERAS QUE TIENE EL SUJETO A LA HORA DE ACTUAR, DE SER EN ESTE MUNDO, o sea en su UNIVERSO SIMBÓLICO. Esto ya nos lo advertía Manuel Kant, el gran filósofo del siglo de Las Luces. Para Kant, y lo que aquí proponemos, las imágenes operan en calidad de leyes que el sujeto encuentra en su propia naturaleza, y es que siguiendo estas leyes que se encamina a dar cierto ordenamiento. Estas leyes, reglas son el espacio y el tiempo: Nada puede ser “real” e incluso “pensado” sino es en términos de espacio y tiempo. En las imágenes, aquí CONCEPTOS, encontramos un conjunto de piezas, trozos, representaciones, impresiones, ideas, que en conjunto, en orquesta, hacen a esas imágenes, a esos “todos”, pero lo hacen porque del mismo modo en cada instante es lo que es en cuanto sigue a otro instante, y éste a un tercero. Cada instante es intuible en cuanto es intuible la totalidad temporal en la entra. Por eso insistimos en que la imagen es la condición NO de la existencia de las cosas sino más bien de la POSIBILIDAD DE QUE “LAS COSAS”, ELLAS MISMAS SE MANIFIESTEN A NOSOTROS A TRAVÉS DE LOS SENTIDOS.
Si bien estas cuestiones que acabamos de plantear nos remiten a David Hume, representante de la filosofía escocesa del siglo XVIII, y a Manuel Kant, uno de los últimos filósofos alemanes controvertidos antes de Hegel, nos sirven para pensar que el relato, el discurso audiovisual no sólo está constituido de Imágenes en el sentido común y corriente del término , sino que TODO DISCURSO SE NOS PRESENTA COMO UN TODO, COMO UNA IMAGEN, COMO UN GRAN CONCEPTO, QUE SE LOGRA A PARTIR DE DISTINTOS MECANISMOS, OPERACIONES DE PRODUCCIÓN DE SENTIDO: tamaños de planos, angulación de cámara, composición, pero el que hoy nos respecta y ligado a la noción de IMAGEN que se expuso: MONTAJE. Sabemos entonces que las imágenes son cadenas de representaciones-podemos llamarlas como decíamos antes, “ vehículos”, “mediadoras”-. La forma en que estas representaciones se relacionan, es a través de la yuxtaposición. La yuxtaposición permite que dos piezas, dos trozos de película, que antes parecían carentes de sentido entre sí, den cuenta de una imagen nueva, posibiliten un concepto nuevo, “algo nuevo”, distinto a ellas mismas, una nueva cualidad que surge de la misma yuxtaposición. Esto es lo que Eisenstein quiere aludir a la noción de “montaje”. No es un fenómeno especifico de la materia cinematográfica, sino un fenómeno, una ley, una función, una manera, estructura del sujeto. De ahí que se plantee que el espectador de cine no se encuentre frente a una mera puesta de acontecimientos, sino que VIVA, VIBRE AQUELLO QUE PASA. Hablamos de EXPERIMENTAR. Hablamos de EMOCIÓN. Las representaciones se sugestionan unas a las otras, hasta en conjunto, en combinación, crear la imagen, el concepto de lo que queremos decir, hacer sentir, pensar, vivir. El montaje, al igual que hacíamos referencia antes acerca de las estructuras mentales de la conciencia del sujeto, plantea HACIA DÓNDE LA VISTA DEBE “CORRER”, EL RECORRIDO, EL ORDEN, LA ILACIÓN QUE EL DISCURSO PROPONE.